Recuperar la energía de los residuos en fábricas de cemento, una práctica segura y avalada por la Comisión Europea

Dimas Vallina
Director gerente de la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (CEMA) 

El empleo de combustibles preparados a partir de residuos en fábricas de cemento, comenzó a realizarse en Alemania durante los años 70 del siglo pasado, han pasado por tanto más de 40 años desde que se inició esta práctica (denominada ‘valorización energética’), consistente en dejar de usar parcialmente combustibles fósiles (fundamentalmente coque de petróleo), para reemplazarlos por combustibles derivados de residuos con alto poder calorífico, que no se han podido reciclar y que en nuestro país desgraciadamente todavía se entierran de manera mayoritaria en vertederos.

Poco a poco se fue generalizando el uso de residuos como combustible en las fábricas de cemento de los países del centro y el norte de Europa, y también de Canadá, Japón y EE.UU., hasta que, en los años 90, se comenzó a aplicar en España. La sistemática, desde el punto de vista de analizar su potencial impacto en la salud, fue la misma en todos los países. Antes de que las autoridades ambientales concedieran los permisos necesarios para emplear residuos como combustible, se analizó en detalle la posible afección a la salud humana y al entorno. Lo hizo el Instituto Noruego de Investigación (SINTEF), el Comité consultivo sobre efectos médicos de contaminantes para la salud del Reino Unido (COMEAP), el Ministerio de Medio Ambiente Alemán, la Agencia Ambiental de Inglaterra y Gales, la Agencia de Protección Ambiental Americana (EPA), la Universidad de Dalhousie de Canadá, etc. En nuestro país, los estudios los llevó a cabo el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Alicante y la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, entre otros. (…)