El templo de Mitra en Lugo

Olga Romay Pereira
Novelista. Ha publicado, entre otros, ‘Los hijos del senador’ (Ediciones B), ambientada en la época romana

Cuando yo era una muchacha y vivía en Lugo, la muralla romana no me parecía gran cosa. Ustedes pensarán que tenía poca sensibilidad, pero la rutina hace que uno se acostumbre a lo insólito. Déjenme contarles cómo era un día cualquiera para que lo entiendan: al desayunar veía por las ventanas la imponente construcción, salía de mi casa y pasaba por la plaza Mayor donde se rumoreaba que antes hubo un foro romano y atravesaba una de las puertas del adarve, la del Campo Castillo, para coger el autobús que me llevaba al colegio; la parada se hallaba encima de lo que se supone que era la necrópolis romana.

Mientras esperaba al autobús tenía como vista el cubo de la Mosqueira, que es el único cubo de la defensa que conserva la primera planta de la torre (originariamente había 85 torres semicirculares en la muralla, hoy sólo se conservan 71, y se ha constatado el uso de hormigón romano en ellos). Por último, el recorrido del autobús escolar rodeaba el perímetro del monumento (más de dos quilómetros). Así un día tras otro. (…)