El coste eléctrico, el ‘coco’ del sector cementero

Ediciones Técnicas Pauta, S.L.

Los vientos que trae consigo este año 2017 que acabamos de empezar no son muy halagüeños que digamos. Durante la rueda de prensa celebrada el pasado mes de enero, desde la Agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen) se nos advertía que este curso va a ser difícil, con un crecimiento del consumo de cemento estimado inferior al 1%, consecuencia directa, entre otras cosas, del anuncio hecho por el Gobierno de España de que debido a las exigencias de cumplimiento del objetivo del déficit público, la dotación para la inversión en infraestructuras va a ser incluso inferior a la del año anterior, batiendo de nuevo un mínimo histórico. Así que sólo nos queda encomendarnos a un crecimiento de la construcción de viviendas y a la exportación del cemento que fabricamos en España.

Y es que los datos del consumo de cemento en España no son muy esperanzadores que digamos, más bien todo lo contrario. El año pasado se cerró con un descenso en el consumo del 3,1% con respecto a 2015. Si ya estábamos bajo mínimos, este nuevo descenso es descorazonador. Lo era, y mucho, cuando pusimos el punto y final a 2016; pero lo es mucho más si cabe cuando nos encontramos con que en el presente año la cosa pinta muy mal tras el anuncio de las inversiones previstas en infraestructuras. Y para redondear el asunto, los elevados precios marcados en el mercado eléctrico en el arranque del año que han puesto sobre la mesa el peso que tiene el componente energético en la industria -sobre todo en la electrointensiva- y su competitividad. (…)