Un aliado imprescindible

Ediciones Cemento, S.L.U.

El hormigón vuelve una vez más a protagonizar un nuevo monográfico de nuestra revista técnica, y no es de extrañar. Este material revolucionó el siglo pasado la forma de construir, llevando a nuestra sociedad a un nuevo estadio, con edificios más seguros y ciudades más salubres. Pero ese impulso no ha quedado como una página más de la historia, brillante eso sí, a la que volver de vez en cuando. Y es que el hormigón tiene mucho que ofrecer a las urbes del siglo XXI.

El hormigón, como la propia sociedad y con ella las ciudades en las que se concentra cada vez más, ha experimentado (y lo sigue haciendo hoy en día) una continua evolución debido, en gran medida, a las cada vez más exigentes características que requieren los nuevos edificios e infraestructuras que demandan nuestras ciudades. Una buena prueba de ello la tenemos en el interesante –así nos lo parece y esperemos que al lector también- conjunto de artículos que hemos reunido en este nuevo monográfico de Cemento Hormigón que lleva por título ‘El uso del hormigón en los entornos urbanos’. Un compendio de trabajos que muestran innovadoras aplicaciones de este material universal en continua mejora y transformación.

Pero es también interesante puntualizar que aunque esas aplicaciones de las que hablan los autores que han participado en este monográfico son especialmente interesantes para los ingenieros, arquitectos y urbanistas que desarrollan su trabajo en las ciudades, son también de gran interés para los pequeños y medianos municipios. Es más, por las dimensiones de esos entornos urbanos, son lugares que pueden servir como campo de pruebas de estas y otras muchas aplicaciones del hormigón como antesala a su implantación en las ciudades. Es cierto que muchas son herramientas hoy fundamentales para la lucha contra el cambio climático que en las ciudades pueden -y muchas ya así lo hacen- aportar grandes beneficios, pero esa lucha se debe también llevar a cabo desde entidades más pequeñas.

En este sentido, la actual situación económica que vive Europa debido a la crisis energética originada en gran medida por la invasión de Ucrania, parece que ha situado la cuestión medioambiental en un segundo plano, relegada por la necesidad de muchos países, como por ejemplo Alemania, de conseguir gas a buen precio. Un escenario en el que el hormigón tiene mucho que decir ya que las viviendas (unifamiliares o colectivas) construidas con este material (con elementos prefabricados, por ejemplo) ofrecen un gran ahorro energético al reducir drásticamente el uso de gas para la calefacción y de esta forma la dependencia de terceros países, ahora mismo de Rusia, para más señas.

Ahorro energético, menos emisiones contaminantes, independencia geopolítica… Una cadena a la que se pueden ir sumando nuevos eslabones gracias al hormigón.