Albert Avellaneda

Redacción Cemento Hormigón
Hasta su nombramiento como director de Ciment Català, ha sido jefe de la sección de Mejores Técnicas Disponibles (MTD) de la dirección general de Cambio Climático y Calidad Ambiental del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat de Catalunya. Es licenciado en Biología por la Universidad de Barcelona y máster en Ingeniería y Gestión ambiental por la Universidad Politécnica de Cataluña. Ha desarrollado su carrera profesional principalmente en la función pública en ámbitos como la prevención y el control de la contaminación, la investigación e información sobre tecnologías limpias, la gestión ambiental y las certificaciones de inversiones con objetivos de mejora ambiental. Está especializado en la mejora ambiental de procesos industriales para una producción más sostenible.
¿Cuál era la imagen que tenía del sector cementero y cuál es la que tiene ahora de esta importante industria para nuestro país?
Mi visión no ha variado substancialmente. Antes de mi incorporación a Ciment Català consideraba esta industria como esencial para el desarrollo urbanístico y las infraestructuras: energía, ciclo del agua, movilidad, vivienda…, aunque es cierto que percibía al sector como algo tradicional. Sin embargo, desde dentro he descubierto una realidad mucho más estratégica. He conocido una actividad industrial comprometida con la sostenibilidad, que está impulsando una profunda transformación hacia la descarbonización, con un enorme potencial de circularidad y una elevada capacidad de innovación. Para mí, la cementera es una industria de vocación local muy comprometida con el desarrollo sostenible. (…)
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