Hormigones para acabados arquitectónicos

César Bartolomé Muñoz
Ingeniero de Caminos, C. y P. Director del Área de Innovación. Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA)

Rafael Rueda Arriete
Ingeniero de Caminos, C. y P. Director del Área Levante. Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA)

La estética en la construcción es un factor cada vez más decisivo. La búsqueda de acabados con diferentes formas, texturas y colores, no solo en edificios singulares, sino también en construcciones más modestas, ha convertido dicha cualidad de la estética en una necesidad cada vez más generalizada. Y para ello, el hormigón aporta ‘infinitas’ posibilidades.

Sin embargo, es frecuente encontrar paramentos de hormigón de una calidad deficiente, que presentan defectos tales como coqueras, errores de alineación, distribución poco cuidada de las juntas de los encofrados, manchas o falta de uniformidad en el color, entre otros.

De entre todas las variables que intervienen para obtener un paramento de hormigón de calidad, uno de los puntos clave es el propio material, pero, además de una mezcla de hormigón adecuada y constante, un acabado arquitectónico deberá ir acompañado de una ejecución cuidadosa y de un curado apropiado. Todo ello sin olvidar la importancia de los encofrados (de su planeidad, rigidez y estanqueidad), de los productos desencofrantes, así como del tiempo de desencofrado.

Sólo así seremos capaces de alcanzar el resultado deseado. (…)