Fernando González Olivieri, CEO de Cemex, ha visitado las fábricas que la compañía tiene en Morata de Jalón (Zaragoza) y Alcanar (Tarragona) para conocer de primera mano la situación de las instalaciones, así como los avances en materia de sostenibilidad, que se están implantando para conseguir cumplir el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.

Han sido dos intensas jornadas de reuniones en las que ha conocido con detalle la situación actual de las fábricas, los proyectos en marcha, así como las líneas de trabajo actuales y de futuro para avanzar en la estrategia de descarbonización. Asimismo, el CEO ha recorrido diferentes áreas de las plantas y compartido impresiones con empleados y responsables.

Tras las visitas, González Olivieri ha señalado que “las fábricas de Morata y de Alcanar son un claro ejemplo del esfuerzo que está haciendo la compañía para reducir las emisiones de CO2. Nuestra hoja de ruta hacia la descarbonización incluye la reducción de emisiones a través de diferentes tecnologías y procesos de fabricación como el clínker de baja temperatura, los cementos más adicionados y con menos cantidad de clínker y los producidos con mayor cantidad de combustibles alternativos”.

Competitividad y sostenibilidad
Tras casi un siglo en funcionamiento y una capacidad de producción de 970.000 toneladas de clinker al año, la fábrica de Cemex en Morata de Jalón, construida en 1930, ha sido testigo y ha participado de la historia del desarrollo y del cambio que ha vivido nuestro país y sobre todo Aragón y la comarca de Valdejalón. El cemento fabricado en esta planta está presente hoy en las principales obras de infraestructura de la autonomía aragonesa y en lugares y edificios tan emblemáticos como la Cripta o el Altar Mayor de la Basílica del Pilar, gran parte de los pabellones de la Expo de Zaragoza y la mayoría de las principales infraestructuras viales y aeroportuarias de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Por su parte, la fábrica de Alcanar se puso en marcha en 1968 y fue la primera en España que obtuvo, en 2002, la Autorización Ambiental Integrada (AAI) exigida por la Ley de Prevención y Control Integrado de la contaminación. Esta planta también ha sido la primera fábrica de la cementera en España en obtener el EMAS, el reconocimiento europeo de máxima exigencia ambiental en materia de sostenibilidad, un sello que lo lleva renovando desde hace más de 15 años. Con una capacidad de producción de 1.800.000 toneladas al año de clinker, en sus terrenos se ubica la planta cementera, una cantera propia y una instalación portuaria en concesión con muelles de carga y descarga de gran calado, lo que permite la distribución del cemento por vía marítima.