El director general de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental de la Junta de Castilla y León, José Manuel Jiménez Blázquez, inauguró ayer en Palencia la jornada ‘La descarbonización del sector cementero en Castilla y León’, organizada por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA). El encuentro ha reunido a autoridades y expertos del ámbito público y privado, local y nacional, para analizar los proyectos de reducción de emisiones más relevantes acometidos por las tres fábricas de cemento que operan en Castilla y León, que han supuesto una inversión conjunta superior a los 55M€ en los 10 últimos años.

En la inauguración de la kornada, celebrada en el Centro Cultural antigua cárcel – Lecrác de Palencia y que contó con un centenar de asistentes, participaron también como ponentes el presidente de Oficemen y de Fundación CEMA, Alan Svaiter; el secretario general de UGT FICA Castilla y León, Miguel Ángel Gutiérrez Fierro; la secretaria general de CCOO del Hábitat de Castilla y León, Lourdes Herrero García, y el director gerente de Fundación CEMA, Dimas Vallina.

La industria cementera española, clave en el proceso de transición ecológica, fue pionera dentro del sector de los materiales de construcción en la elaboración, a finales de 2020, de su hoja de ruta para alcanzar la neutralidad climática en 2050, un documento vivo, que está a punto de ser actualizado para hacerlo aún más ambicioso, y con objetivos intermedios para 2030 y 2040. Dicha hoja de ruta señala las herramientas -actuales y en desarrollo- para alcanzarlos. Muchas de ellas han sido ya implantadas -o están en proceso- por el sector en España, liderando sus inversiones en I+D+i de la última década.

Las claves: Eficiencia energética, uso de energías alternativas y sustitución de combustibles fósiles
Durante la jornada, los directores de las tres fábricas de cemento que operan en la región expusieron los proyectos de descarbonización más recientes acometidos en sus factorías, ubicadas en Palencia (Hontoria-Cementos Portland Valderrivas) y León (La Robla-Cementos Tudela Veguín- y Toral de los Vados -Votorantim Cimentos-).

Las tres fábricas llevan años realizando acciones para mejorar su eficiencia energética y apostando por el uso de combustibles derivados de residuos (muchos de ellos biomasa y por tanto neutros en cuanto a sus emisiones de CO2), en sustitución de los combustibles fósiles. El porcentaje medio de sustitución de combustibles fósiles por combustibles alternativos en Castilla y León es del 46,20%, seis puntos por encima de la media nacional.

De hecho, desde 2004, la industria cementera castellano leonesa ha recuperado material y energéticamente más de 6 millones de toneladas de residuos, equivalentes a 1.300 piscinas olímpicas, que de otro modo habrían acabado en vertederos. Solo en 2022 –último año con datos oficiales cerrados- las tres fábricas de cemento de la región han recuperado energéticamente 93.968 toneladas de residuos, evitándose así la emisión a la atmósfera de 129.929 t de CO2 gracias al uso de biomasa, lo que equivaleal consumo eléctrico anual de los hogares de 1,3 ciudades del tamaño de Palencia.

Dentro de las distintas estrategias de descarbonización de cada compañía, los tres directores citaron otros ejemplos como la aplicación de sistemas de gestión de la energía, el uso de materias primas descarbonatadas, el desarrollo de cementos bajos en carbono, o el uso de fuentes renovables de energía, por ejemplo, mediante la instalación de parques fotovoltaicos en los recintos de las fábricas.

Tecnologías CAUC, la única vía para alcanzar la completa descarbonización de la industria cementera
Pero, las soluciones a futuro pasan por el desarrollo en España de las tecnologías CAUC (captura, transporte, almacenamiento geológico y usos y transformación del CO2), una temática que centró la mesa redonda de cierre de la Jornada, en la que participaron responsables de primer nivel de la Junta de Castilla y León, SOMACYL, el Instituto Geológico y Minero de España del CSIC, la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2), la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN), Fundación CEMA y Oficemen.

Conviene recordar que, cuando se analizan todas las herramientas al alcance del sector cementero para reducir las emisiones de CO2 hay siempre con un inconveniente clave: las emisiones derivadas del proceso de fabricación del clínker, material base del cemento. El 66% de las emisiones que genera la fabricación de cemento se producen durante el proceso de descarbonatación de la piedra caliza. Son las denominadas ’emisiones de proceso’, o ’emisiones difíciles de abatir’, cuya mitigación no es posible con las tecnologías actuales. De hecho, la industria cementera representa el 41% del total de las emisiones de proceso en España.

En este sentido, tal y como coincidieron los expertos participantes en la jornada, sin las tecnologías CAUC, es imposible que sectores con elevadas emisiones de proceso, como el cementero, alcancen la neutralidad climática. En la mesa de debate se puso de manifiesto que se trata de tecnologías maduras, que están probadas (hay casi 400 proyectos presentados en todo el mundo), de hecho, Noruega lleva casi 30 años apostando por las tecnologías CAUC en acuíferos salinos próximos al Mar del Norte, y tienen varios proyectos de transporte y almacenamiento de CO2 a gran escala, los más grandes de Europa. Por su parte, España, aún carece de una estrategia que incluya proyectos país para su desarrollo, a diferencia de la mayoría de los países europeos y eso supone poner en riesgo la competitividad del sector cementero a futuro.

La contribución del sector cementero a la economía castellanoleonesa
El compromiso de la industria cementera con la economía de Castilla y León queda patente por las cifras que arrojan las tres fábricas locales, que generan anualmente más de 1.500 empleos directos e indirectos. Además, es un empleo de calidad, ya que el 92% de los empleados directos de las fábricas castellanoleonesas tiene contrato indefinido.

A esto se suma el dato de que la contribución anual en concepto de impuestos de las fábricas de Castilla y León supera los 7,8 millones de euros, y que, en valor añadido bruto, aportan a la sociedad 86,1 millones de € al año, unas cifras que refrendan el compromiso de esta industria con el entorno local en el que opera.