Compuertas de aire terciario: TAD Dampers
Fernando Amela, Idoia Ibarretxe y Roberto Martín
INSERTEC
Los procesos y tecnologías usados en la fabricación de cemento han experimentado considerables avances en las ultimas décadas, generando nuevos desafíos para los materiales refractarios utilizados en este sector, que se ven sometidos a condiciones de trabajo cada vez más exigentes y severas.
De manera sencilla y genérica, definimos un producto refractario como un compuesto inorgánico, no metálico, que normalmente suele ser un óxido o mezcla de óxidos, con un punto fusión superior a 1.000 ºC. Así pues, la función principal de un producto refractario, es soportar altas temperaturas, sin llegar a fundirse y, de esta manera, proteger lo que está en contacto con él, que normalmente es un material aislante o bien una carcasa o estructura metálica.
No obstante, un buen material refractario, no debe únicamente conservarse íntegro (sin fundir) a altas temperaturas, sino que también debe mantener una buena resistencia mecánica y química en estos severos regímenes donde, además de temperaturas elevadas, existen en muchas ocasiones ataques químicos, abrasión y continuos cambios de temperatura (choque térmico).
Un método habitualmente utilizado para mejorar las propiedades mecánicas de un refractario consiste en agregar una proporción de fibras especiales de acero (2-3%), obteniéndose, de esta manera, lo que se suele denominar como un hormigón refractario reforzado con fibras de acero. (…)
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