El esoterismo de la alquimia

J.C.C.
Aunque no todo el mundo lo crea -descreídos los ha habido siempre-, la QUÍMICA actual como Ciencia, con su imprescindible base experimental y sus aspectos teóricos que la emparentan con la FÍSICA -se habla con fundamento de la Fisicoquímica-, es inteligible al menos para el curioso bien intencionado y no apriorísticamente adverso.
Pero no siempre ha sido así, al menos en los orígenes, es decir, en la ALQUIMIA medieval como antepasada nebulosa de la Química, plagada de misticismo, a la que las viejas redomas, retortas, atanores y alquitaras daban un aire romántico. La Alquimia fue esencialmente oscurantista.
Antes de que surgiera la Alquimia en la Edad Media, hubo en la Antigüedad -Asiria, Caldea, Babilonia, Egipto, Grecia-, antecedentes basados en hechos reales que se traducían en recetas prácticas, y también una teoría o edificio filosófico asentado sobre la especulación intelectual. No hubo, sin embargo, conexión entre hechos y teoría, ni continuidad entre éstos y la posterior Alquimia, a la que por ello no sirvieron de base. Menos aún la hubo entre los mismos y la Modernidad, pues los elementos de los griegos y los átomos de Demócrito nada tuvieron que ver con los términos homónimos actuales. (…)
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