El cemento emite, sí, pero también mitiga
Aniceto Zaragoza
Director general de Oficemen
Como sector, sabemos que nuestra industria es un alto emisor de CO2 y que en España el 4,78% del total de las emisiones provienen de la fabricación de cemento; una actividad que, a escala mundial, genera anualmente entre el 5% y el 6% de las emisiones globales. Sabemos por tanto que el cemento emite, sí, pero también sabemos aunque sea menos conocido– que mitiga… y mucho.
La huella de carbono del proceso de producción del cemento se ve compensada a lo largo de la vida útil de los edificios e infraestructuras realizadas con hormigón, por su durabilidad, inercia térmica y bajo mantenimiento. Infraestructuras y edificios de hormigón tienen una elevada duración, que puede llegar a alcanzar los 100 años, con un mantenimiento mínimo, lo que reduce en el tiempo el impacto de fabricación del material. Pero, sobre todo, la elevada estabilidad térmica que proporciona el hormigón permite importantes ahorros de energía en la climatización de edificios. Su aplicación permite reducir el consumo necesario para alcanzar el bienestar térmico hasta un 40% respecto a una construcción tradicional.
Y a todo ello habría que sumar que el cemento es 100% reciclable y que en su fabricación utiliza residuos de otras industrias, fomentando la economía circular. Además, en el caso de nuestro país, la cercanía de las materias primas evita las emisiones de transporte, algo que no sucede con otros materiales constructivos con menor huella de carbono, pero que deben recorrer larguísimas distancias hasta ser utilizados en nuestro país. (…)
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