El hormigón y la edificación sostenible

César Bartolomé
Secretario de la Plataforma Tecnológica Española del Hormigón

A nivel social y, parcialmente entre los técnicos, se ha extendido la idea de equivalencia entre construcción sostenible y construcción ligera (con materiales como la madera, el adobe, el cáñamo, etc.). La base de este pensamiento reside en que la huella de carbono de estos materiales es inferior a la huella de carbono de los materiales tradicionales, entre ellos el hormigón.

Es importante que los técnicos hagamos un esfuerzo pedagógico para explicar a los usuarios que la influencia de la huella ecológica de los materiales en la sostenibilidad global de un edificio es reducida. Desde un punto de vista medioambiental, los impactos de los materiales que componen el edificio suponen únicamente el 80% de los impactos totales del mismo. Si a esto le sumamos que existen dos aspectos más de la sostenibilidad, como son el social y el económico, podemos afirmar que el proceso de fabricación de los materiales es un tema menor y que lo realmente importante es el comportamiento del edifi cio durante su vida útil.

De hecho, la clave de la sostenibilidad de un edificio radica en un buen diseño global que gire en torno al usuario. Un edificio debe cumplir al menos tres requisitos. El primero es proporcionar al usuario un hogar seguro protegiéndolo frente agentes externos, principalmente climatológicos, pero también de otro tipo como pueden ser los sismos o los incendios. En segundo lugar, debe ofrecer un entorno saludable donde desarrollar la actividad para la que está destinado: residencial, industrial o terciaria. Y por último debe garantizar las condiciones adecuadas de confort térmico con el menor consumo energético posible. Esta exigencia tiene además implicaciones relevantes en lo referente a los compromisos adquiridos por España y por la Unión Europea en materia de reducción de emisiones. (…)