El trabajo de Chillida en hormigón

Luis Chillida Belzunce
Presidente de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce
En primer lugar, me gustaría abordar el cómo y el porqué de la llegada de este material tan especial, normalmente utilizado para la obra civil y la construcción, al trabajo artístico de Eduardo Chillida.
Si retrocedemos a mediados de los años 50, encontramos uno de los motivos. En esos años, la galería de mi padre, la Galerie Maeght de París, intentó convencerle para hacer múltiples de las obras, pues mi padre era un artista muy lento en su trabajo. El galerista Aimé Maeght creía que iba a ser imposible que con tan pocas obras Chillida tuviera el reconocimiento que merecía. Ante esta insistencia, mis padres, menciono a los dos pues mi madre fue un pilar imprescindible en su trayectoria, decidieron hacer una prueba. Así, de seis de sus obras en pequeño formato se hizo un molde y se fundieron cuatro copias en bronce. Cuando entraron en el taller de París a ver el resultado, lo primero que dijo mi padre a mi madre fue: “esto parece una zapatería”. No comprendía la mera reproducción de una obra. Después de esta prueba se negó a volver a repetirlo. (…)
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