Utilización de los aditivos en el hormigón autocompactable

Juan Domínguez García-Cuevas
Product Manager
Departamento Hormigones, Sika, S.A.

En este artículo se recoge el desarrollo histórico de los aditivos reductores de agua desde que comenzaron a utilizarse hasta nuestros días. Durante muchos años la utilización de los aditivos causó ciertos recelos entre técnicos y fabricantes del mundo del hormigón, considerándolos como un elemento sospechoso que se añadía al mismo sin conocer exactamente el efecto resultante.

Quizás, parte de la culpa pueda residir en la propia industria de los aditivos, que en los primeros años enfatizó equivocadamente las propiedades “milagrosas” de los mismos, afirmando que podían llegar a mejorar los defectos de fabricación y puesta en obra del hormigón. Además, los aditivos de este primer período se basaron frecuentemente en productos de pobre calidad.

Durante los años siguientes se mejoró considerablemente la fabricación de los aditivos y la industria del hormigón comenzó a conocer las cualidades de éstos, utilizándolos a partir de ello de una manera habitual.

En la actualidad existen grandes compañías químicas dedicadas al desarrollo de nuevos polímeros con capacidad para seleccionar materias primas de calidad contrastada que han llevado a que en estos momentos los aditivos sean considerados un componente más del hormigón.
Este artículo está sobre todo enfocado a la utilización de aditivos de última generación basados en éteres policarboxílicos que son los más adecuados para la fabricación de hormigones autocompactables.

No obstante, esto no quiere decir que los aditivos a base de lignosufonatos, melaminas, naftalenos y vinilos hayan quedado obsoletos. La realidad es que se siguen utilizando de manera habitual, ya sea solos o mezclándolos entre ellos formando los denominados aditivos polivalentes, polifuncionales, multirrango, etc., que se utilizan diariamente en la fabricación del hormigón preparado. (…)